La risa que escuche
era del viejo anciano que reía sin parar y me decía entre risas y
lagrimas el no va a ganar. Ahora ayúdame a levantarme para seguir bajando a lo más
profundo, a donde debo llegar, en donde dedo descansar. Se puso su capucha, agarro
su bastón y caminaron hacia el otro ambiente.
Yo me quedaba impresionado por ver tantos ambientes
en este infierno, rocas, desiertos, polvo, fuego, todo este construyo por
designio de alguien, el que también me puso aquí por alguna razón, yo me
preguntaba ¿Qué estará haciendo mi familia, mis abuelos? ¿Qué será de mi
fortuna?
Los ambientes a donde llegábamos el viejo príncipe
los llamaba círculos, y vi un gran desierto
rojizo con muchas personas con
uniformes, túnicas, sacos y corbatas con el rostro destruido, votando mucha
sangre, con grandes heridas expuestas, estómagos abiertos, cerebros cayendo,
ojos desorbitados, cabezas abiertas, tantas cosas que a cualquier ser humano
con una gran fobia a la putrefacción vomitaría al ver tremenda, miseria humana.
El viejo me decía que aquí están las personas que
en su vida han diseminado el escándalo y han traído cismas a la Tierra,
personas que por orden del Padre tienen desgarrados los vientres, , abiertos
los intestinos, estos colgaban por las piernas de estos repugnantes seres, un
diablo viene y los hiere cruelmente en cualquier
parte del cuerpo con su afilada espada.
Un hombre con turbante en la cabeza y el rostro
destruido gritaba por el fondo de ese desierto, sus ruegos libertad me
inquietaban mucho, no podía avanzar ese hombre mal formado desconcentraba mi
camino, tenía que ir a verlo, cuando estuve frente a él me dijo – Dile a tu
maestro que me saque de aquí, el lo puede hacer yo solo soy un inocente, fui
asesinado por un grupo llamado Jariyies y mi pueblo Chiita me santifico, no
debo estar aquí yo soy un santo, dile a el que me libere, no puedo seguir acá.
El viejo se acerco a este hombre lo miro y le dijo – Tu, primo de Mahoma, quédate
así con la cabeza abierta del cráneo hasta la barba, te mereces esto y más. No
me hagas recordar ese nombre yo me llamo Ali, entonces Ali nos vemos en el más allá.
Ali se lleno de desesperación y grito – ¡Yo sé quién
eres!¡ mírame L….! y el demonio apareció y de una estocada en su cabeza sus
heridas nuevamente abrió luego pidió piedad y el anciano paro su paso de un
momento a otro estuvo junto a él - y le
dijo ¿qué quieres?, ¿Dime en que dirección esta la Meca? Él le respondió: Si yo soy ese y nunca sabrás
donde está la Meca, con una fuerte carcajada otra espada cayó encima de Ali y
yo deformaba mas y mas , el viejo reía con una excitación tremenda, pero una
voz melancólica cambio el rostro de su cara, un hombre con la cabeza cortada,
esta la llevaba en su mano que pedía con tanta angustia y clamor por lo vivos,
fue callado por el Viejo Príncipe ¡Cállate, viejo sectario, Tu farsante
profetizaste la caída de la casa del Padre y nada, cállate basura humana. Otra
voz se oyó pidiendo clemencia y tú qué me dices ser maldito que das consejos
fatales y comienzas rebeliones, de hijos contra padres en la península
Británica. Y tu Primo de Dante, el gran maestro, me harás también mucha
compañía.
Veía como
este viejo cada vez que nos acercábamos a sus dominios se hacía más fuerte, su
voz ya no era tan débil, veía como su cuerpo tenía más fuerza y vigor, y yo
preguntándome que hago aquí, ¿Dónde está la luz que me dijeron que vería? ¿Mi
familia, quiero a mi familia? ¿Me siento completamente solo?